Juan Ignacio Gutiérrez

Crónicas cayetanas

Mis padres también me llamaban Juan. De mi padre, no recuerdo que se dirigiera a mi nunca como Juan Ignacio; mi madre solo lo hacía si estaba muy enfadada conmigo y me llamaba para echarme una bronca. Supongo que para ella, como para mi, un “Juan” podía ser también un niño, pero un “Juan Ignacio”, no. Un “Juan Ignacio” tenía que ser más responsable. A un “Juan Ignacio” se le podrían exigir ya ciertos compromisos, cierta seriedad.

El tatuaje de Homer Simpson

Los que más me llaman la atención son los que reproducen alguna frase. Superados los del “amor de madre” que llevaban los legionarios y expresidiarios en mi adelescencia, han proliferado versos, reflexiones, aforismos, pensamientos,… en diversos colores, entre los que predomina el azul. Debe ser una cuestión técnica que se escapa a mi conocimiento sobre pigmentos.

Con todos mis respetos: yo soy español

Soy un español de Andalucía; o un andaluz, que para mi es lo mismo. También soy europeo, y sevillano, y serrano, y madrileño, y he decidido que sí: que hoy toca sacar la bandera. Pero no para darle en la cabeza a nadie con ella, sino para exhibirla, para mostrar mi orgullo de tener una patria tan antigua y generosa y para que quienes compartan este sentimiento lo sepan.