• Papi, ¿cuando tú eras pequeño también era fiesta hoy?

 

  • Sí. Hasta donde yo sé, el Día de la Inmaculada siempre ha sido fiesta. Hoy es el día de todas las inmaculadas, las concepciones, las inmas, las conchas,… con lo de las “conchas” tenemos que tener cuidado porque en algunos países americanos “concha” significa otra cosa y puede quedar raro.

 

  • ¿Qué significa “concha” en esos países, papi?

 

  • Ya te lo contaré, eso no viene a cuento ahora, Súper.

 

Lo que celebramos hoy es la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Es una fiesta católica, pero, además, la Inmaculada es la Patrona de España y del cuerpo de Infantería del ejercito español. Así que, para nosotros, los españoles, es una fiesta muy grande y muy antigua.

Mira Súper, hace muchos años -más de tres siglos- unos tercios españoles habían ido a Flandes porque algunos holandeses se habían sublevado.

El Rey de España en aquel tiempo, Felipe II, lo era también de los Países Bajos.

  • ¿Por qué se llaman esos países “bajos”, papi?

 

  • Pues mira, eso tiene bastante que ver con estas historia. Se llaman así porque tienen territorios que han sido ganados al mar mediante la construcción de diques para evitar que volvieran a inundarse. ¿sabes qué es un dique?

 

  • Pues no, la verdad.

 

  • Pues un dique es un muro que se construye para evitar que el agua circule. Hay partes de los Países Bajos que están por debajo del nivel del mar, que han sido ganadas al mar. Si no estuvieran esos diques, esas tierras se inundarían, volverían a estar bajo el mar.

 

  • ¿Y por ahí iban los soldados?

 

Te cuento. Algunos holandeses se habían sublevado contra el Rey Felipe II, que había heredado aquellas tierras de su padre, el Emperador Carlos -nuestro Rey Carlos I-. Parece que algunos holandeses no querían que Felipe II fuera su rey porque era español y católico y esos holandeses, los que se sublevaron, habían decidido dejar de ser católicos. Esa historia ya te la contaré otro día.

El caso es que Felipe II envió a sus tropas, que entonces se agrupaban en tercios, para tratar de parar la sublevación de los holandeses. Algunos tercios, ocuparon una isla que quedaba entre dos ríos en ese terreno que ya he dicho que podría inundarse. Los holandeses decidieron abrir unos diques, lo que inundaría el terreno que ocupaban los tercios españoles y estos tendrían que retirarse a las zonas más altas para no morir ahogados. Y eso fue lo que ocurrió.

La situación era desesperada para los españoles, que, acosados por una gran cantidad de barcos holandeses, tendrían que rendirse.

Las posibilidades de conseguir refuerzos se habían esfumado también al hundir los holandeses los barcos que las autoridades españolas de la región habían preparado para auxiliar a aquellos soldados.

Tocaba resistir como pudieran, ya que habían decidido no rendirse; así que comenzaron a cavar trincheras para protegerse, tanto del frio como de los disparos de los holandeses que los cercaban con sus barcos.

Mientras cavaban, uno de los soldados encontró enterrada una imagen de la Inmaculada pintada en una tabla. La desenterraron e hicieron con ella una procesión hasta la iglesia del pueblo de Empel y estuvieron rezando a la imagen toda la noche.

De repente, un viento helado hizo que el río Mosa se helara y los barcos holandeses tuvieron que retirarse de forma apresurada para no quedar atrapados. Los soldados de los tercios pudieron entonces avanzar por el hielo y atacar los barcos holandeses que no habían conseguido salir, salvándose de una derrota segura.

Y ese es el Milagro de Empel. 

Desde entonces, la Inmaculada es la patrona de la Infantería Española y unos años después, el nieto del Rey Felipe II, Felipe IV, decretó que el 8 de diciembre fuera festivo en todos los territorios españoles en todo el mundo.

Aquella guerra duro 80 años y, al final, aquellos holandeses que se habían sublevado consiguieron su independencia, pero esa es otra historia que puedo contarte otro día si quieres.