Perdido entre la gente

preso en una profecía,

alimentando sueños de algodón

por rutas caprichosas, frágiles, misteriosas, 

buscando siempre el ojo del ciclón.

Tus ojos me resuelven el teorema

y mis sistemas

advierten que hemos perdido el control.

 

Acepto tus manías

hasta que salga el sol

y luego, ya veremos.

No sé cómo lo haremos,

igual nos entendemos, igual no.

Igual nos entendemos, igual no.

 

 

Emerges de repente 

en mi penumbra triste y fría

para darle sentido a esta canción.

Tus manos sudorosas, húmedas, cariñosas,

son el ánimo azul de mi ambición.

Tu piel se hace candil de luna llena

y me subleva:

palpo cada centímetro en tu honor.

 

 

Acepto tus manías

hasta que salga el sol

y luego, ya veremos.

No sé cómo lo haremos,

igual nos entendemos, igual no.

Igual nos entendemos, igual no.

 

 

Alienta mi pasión

aunque no esté el amor.

Me iré por la mañana.

 

Te debo esta canción.

 

Me iré por la mañana,

cuando aparezca el sol.

 

 

Me iré por la mañana.

Cuando aparezca el sol.